Dijimos que los perros, como todos los demás animales, necesitan energía que representa la capacidad del cuerpo para producir trabajo.
Este trabajo puede consistir en actividades económicas como el descanso, la digestión, la respiración, la actividad cerebral y cardiovascular, la actividad física y el proceso de crecimiento.
Las necesidades energéticas varían según el clima, el lugar, el tipo de actividad que se realiza
diario y las características individuales del sujeto.
La nutrición permite al cuerpo suministrar energía simple que, a través de la digestión, se transformará en energía metabolizable.