Esta enfermedad del árbol respiratorio se caracteriza por tos, fiebre y anorexia, hasta el desarrollo de una neumonía causada por agentes bacterianos de irrupción secundaria.
La tos de las perreras es especialmente común en lugares donde varios animales viven en malas condiciones sanitarias, como perreras, tiendas de mascotas o centros de entrenamiento.
La principal fuente de contagio son las partículas de aerosol infectadas emitidas al toser.
Los síntomas comienzan con un ligero aumento febril, con tos seca pero si ocurren complicaciones bacterianas secundarias, la tos se vuelve aceitosa debido a la flema que se produce. El curso varía de 2 a 3 semanas.
El perro enfermo debe mantenerse en un lugar cálido, seco, limpio y bien ventilado, y debe asegurarse de tener agua fresca y limpia.
Nutrición durante la convalecencia
Los alimentos deben ser fácilmente digeribles y los preparados recetados por un veterinario deben utilizarse para combatir las infecciones bacterianas. Para evitar epidemias, se deben utilizar complejos vacunales específicos para este tipo de infección.