El agua es un elemento no energético, pero indispensable. El cuerpo del perro necesita agua para funcionar, aunque solo sea para regular la temperatura corporal.
Por tanto, la ingesta de líquidos es fundamental para compensar la pérdida diaria de agua que se produce a través de la transpiración y la orina.
El agua siempre debe ser clara y fresca (normalmente el agua del grifo está bien): se recomienda agua mineral si hay contaminación de la red de agua, si un cachorro huérfano está siendo alimentado artificialmente, para administrar una cura para por vía oral o en determinadas patologías.
Las necesidades de agua del perro varían de un perro a otro según el tamaño, la edad, la actividad física, el temperamento, el estado de salud, la consistencia de la ración de comida, el número de comidas diarias y el clima. p >
El perro adulto sabe gestionar sus necesidades de agua: nos corresponde a nosotros ponerlo en condiciones de disponer de agua fresca y limpia hasta 2-3 veces el peso de su ración diaria, que se puede incrementar hasta cuatro veces durante el verano.