El tétanos es una enfermedad no infecciosa y no contagiosa que también afecta a los perros y se multiplica en heridas particularmente profundas.
Sus esporas se encuentran en el suelo o en el intestino y si las mismas esporas llegan a las heridas no lavadas y desinfectadas rápidamente (con peróxido de hidrógeno), las bacterias germinan.
Estos últimos se multiplican y liberan una neurotoxina que, a través de los nervios, llega a la médula espinal y provoca contracciones espásticas. Si se encuentran en grandes cantidades llegan al sistema nervioso central.
Los síntomas se caracterizan por espasmos musculares, contracción de los músculos faciales, los labios retraídos, las fosas nasales dilatadas, la frente arrugada y las orejas erguidas. La saliva sale de los labios y es difícil tomar alimentos para masticar.
El perro está ansioso y alarmado y la fiebre puede alcanzar los 42 ° C mientras la respiración se vuelve frecuente. El curso de la enfermedad es fatal pero si la cantidad de toxinas no es alta el animal puede recuperarse en 2 o 3 semanas.
El perro debe mantenerse en un ambiente tranquilo y oscuro. Si la infección se identifica temprano, el suero antitetánico en combinación con relajantes musculares y antibióticos es muy valioso.
Vacunación
La vacunación solo se recomienda para perros que viven en áreas de riesgo; de lo contrario, debe limpiar absolutamente todas las heridas con sustancias productoras de oxígeno (como peróxido de hidrógeno).