En el perro macho, entran en juego las hormonas producidas por el hipotálamo y la glándula pituitaria que actúan sobre diferentes estructuras del testículo estimulando la producción y maduración de esperma y la producción de testosterona.
Esta hormona es responsable de todas las peculiaridades del sexo masculino, incluida la libido y los comportamientos asociados (monturas, agresividad y marcado del territorio con orina) y de resaltar las características morfológicas del sujeto masculino.
El macho puede reproducirse desde la pubertad, es decir, alrededor de los nueve meses de vida.
El esperma se emite a través de la eyaculación que ocurre después de las contracciones del conducto deferente.
El esperma, de esta manera, presente en el epidídimo es empujado hacia la uretra y desde aquí, a través de contracciones vigorosas del pene, se envía al exterior.
El semen se eyacula en tres fracciones, pero la segunda es la rica en esperma.