Los perros son depredadores que siguen las reglas de supervivencia.
Están acostumbrados a pelear y la pelea incluye gruñidos y mordiscos: actitudes que no son aceptables cuando se expresan hacia el amo, las personas más o menos cercanas o sus semejantes.
La agresión se puede dividir en:
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Agresión por dominancia : se origina en una educación incorrecta del perro que no ve a su líder en el amo
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Agresión por miedo : ocurre con una reacción excesiva del perro al contacto con personas o animales porque asocia a personas o animales con una experiencia desagradable
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Agresión sobreprotectora del territorio o del propietario y su familia. Si es excesivo, se debe a que se autoproclama líder de la manada
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agresión depredadora : ocurre contra presas pequeñas o sujetos en movimiento
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Agresión redirigida : en este caso es necesaria la intervención del veterinario. Un remedio extremo pero funcional es la castración.