Conocida desde la antigüedad, la palabra ira deriva del sánscrito rabbahs que significa "hacer violencia".
Pasteur en 1885 aplicó el primer tratamiento antirrábico.
La enfermedad está muy extendida en muchas partes del mundo
Hay dos ciclos epidemiológicos: uno urbano y otro selvático. El urbano considera al perro como el principal reservorio infeccioso en África, Asia y América del Sur, mientras que el ciclo selvático es predominante en Europa y América del Norte.
La transmisión tiene lugar:
-
a través de mordeduras que el perro infectado puede hacer a otros perros, otros animales y humanos
-
por contacto con la saliva del perro infectado con heridas, rasguños, lamido de piel no intacta e incluso mucosas intactas.
El virus en la primera fase se replica en el tejido muscular, desde aquí llega a los nervios periféricos hasta el sistema nervioso central. Luego llega a las glándulas salivales y así la saliva se infecta.
En la fase inicial de la enfermedad, el perro está ansioso, irritable o deprimido. A esto le siguen señales neurológicas como pérdida de orientación, deambulación, hiperactividad, por lo que algunos perros se vuelven agresivos .
El epílogo de la enfermedad se caracteriza por una paresia progresiva de la musculatura, hasta el coma y la muerte.
Vacunación
Lamentablemente, se prevén 10 días de aislamiento del perro, bajo el control de la USL competente del territorio, que someterá al animal a controles antes y después de la muerte.
Para la rabia, la profilaxis de la vacunación es realmente importante, y debe repetirse anualmente con fines preventivos.