La hepatitis viral se transmite a través de la orina, heces, saliva de animales infectados o simplemente por contacto con materiales y herramientas infectados debido a la considerable resistencia del virus.
Algunos animales que se han recuperado de esta enfermedad pueden transmitir el virus hasta seis meses después de la infección.
El virus ingresa al animal a través de la cavidad bucal donde se localiza; de aquí a través de la sangre llega al hígado y los riñones, por lo que la orina y las heces se infectan.
La forma hiperaguda ocurre en cachorros donde la muerte a menudo ocurre sin signos de advertencia.
Cuando aparecen los síntomas, el primero es fiebre de hasta 40 ° C, apatía, anorexia, sed, conjuntivitis, secreción nasal y ocular y en ocasiones dolor abdominal. Las personas que superan la enfermedad luchan por recuperar peso y pueden presentar una opacificación corneal que luego desaparece.
Tratamiento y prevención
La terapia varía según la gravedad de la enfermedad.
Al igual que con todas las infecciones virales, se prescriben cuidados de apoyo asociados con medicamentos para prevenir infecciones secundarias.
Existen vacunas específicas para la hepatitis viral y la vacunación es posible a partir de los 2 meses de edad con un refuerzo anual.