tal como se manifiesta
Cuando tu gato no maúlla ni se queja, a menudo te preguntas si siente dolor. Hay señales que pueden hacernos comprender si esto está sucediendo o no.
Por lo general, si sufre, el gato tiende a esconderse en lugares tranquilos, minimiza sus movimientos y es apático, pero no solo: hay manifestaciones menos llamativas pero muy indicativas de su estado patológico:
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Tiende a doblarse sobre sí mismo y se vuelve agresivo si se toca en el área dolorosa.
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Maúlla incluso si lo acaricias.
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Si tiene dolor en el abdomen, se pliega sobre sí mismo para proteger la parte lesionada.
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El hocico tiene una expresión contraída, la respiración suele ser frecuente.
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Coma y beba menos.
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No se limpia el pelaje.