Cada parrilla comienza con un fuego, así que comencemos preparando una Serpiente, es decir, una serpiente de brasas en el lado opuesto de la cual colocaremos las costillas. Lo importante es mantener la temperatura lo más estable posible entre 80 y 120 grados.
Luego pasamos a preparar un "frotamiento" que es un conjunto de sal y especias con las que se recubren las costillas, mediante un enérgico masaje con aceite de oliva virgen extra.
Finalmente colocamos las costillas en el lado opuesto del fuego y, si tenemos una barbacoa con tapa, la dejamos "sudar" durante un par de horas más o menos.
¡Disfruta tu comida!