Preparamos las brasas y las ponemos en la parrilla: extendimos la anguila lavada y entreabierta con la piel en la parrilla caliente.
Subimos con sal gruesa y tan pronto como la piel está tostada, volteamos el pescado a un lado de la pulpa, haciéndolo suavemente marrón y evitando quemaduras que alteren el sabor, arruinándolo.
En la tradición Ferrara se acompaña con una ensalada de achicoria verde amargo, cebolla dorada y vino blanco viejo, seco y bien estructurado como Carianum.
¡Durante el invierno, la combinación con rodajas de polenta tostada blanca o amarilla es excelente!