Algunas flores son comestibles y se utilizan en la cocina para preparar platos especiales. No solo eso, sino que también tienen propiedades beneficiosas para el organismo. Veamos algunos ejemplos:
El diente de león es una planta que se encuentra comúnmente en los campos y que se conoce localmente con otros nombres (pisacán, girasol, piscaletto).
Las flores utilizadas para el risotto son comestibles (con una receta similar a la del risotto con achicoria).
Las tiernas hojas en primavera se utilizan para purificar ensaladas. Las raíces tostadas se utilizan para hacer sucedáneos del café. El diente de león promueve la funcionalidad del hígado y la vesícula biliar.
La flor de nastruzio se usa en ensaladas o se agrega a los espaguetis con ajo y aceite.
La planta se usa para tratar infecciones bacterianas de la vejiga y el tracto respiratorio.
Las flores de la caléndula además de ser utilizadas en cosmética para elaborar cremas con propiedades emolientes son comestibles.
Se pueden utilizar en tortillas, risottos o ensaladas o en verano junto con helados.
Además de las hojas que se utilizan para cocinar para el delicado sabor a cebolla, las flores de cebollino también se pueden cocinar en tortillas o flan de patata o zanahoria.
Las hojas de borraja se utilizan para hacer sopas o rellenos.
Las flores se comen tradicionalmente rebozadas.
Los delicados pétalos azules se pueden utilizar para decorar platos y colorear el vinagre. Congelados en cubitos de hielo sirven como decoración para cócteles de verano.
Las flores de lavanda además de tener un aroma inconfundible y un suave efecto antimicrobiano son un ingrediente excelente para galletas y helados